Escribiendo una novela on-line

Bienvenidos a la cocina de una novela. Dia a dia, encontraran publicado el refinamiento del material original de mi novela "Santana". Que lo disfruten.

Name:
Location: Las Palmas de Gran Canaria, Las Palmas, Spain

Supongo que me parezco a lo que imaginan de mi mis lectores.

Tuesday, March 29, 2005

Capitulo I - Ana Santana

- Edo uliá.

- .........

- Edo uliá.

- Bueno... después... -murmura, como al descuido, el pelado canoso y de cara fácil que está leyendo el diario con suma atención.

- Edo uliá, api, edo uliá.

- Después, te dije. Hace calor ahora. -Reitera y explica el calvo, sin perder la calma ni apartar la vista del periódico.

- ¡Edo ulía!, ¡edo ulia!, ¡edo ulia! -porfía el otro, esta vez a los gritos.

El hombre, entonces, hace un gesto de resignación. Deja a un costado el diario y se vuelve hacia su hijo. Lo mira. Tiene 25 años y hace 26 que es bobo, retrasado, tarado o "mongólico", como le dicen en el barrio. Tiene lentes gruesos y verdes. Su padre le mira los ojos alejados por los cristales. Hay una súplica en ellos.

- ¡Edo uliá! -Vocifera el opa, ahora con voz ronca.

El padre baja la vista al portentoso bulto que las manos del bobo no dejan de refregar y asiente comprensivo.

- Querés culear -y poniéndose de pie agrega, como para sí- más vale que te lleve, porque me vas a culear a mi.

El bobo, entonces, sonríe detrás de los lentes y grita con una risa gutural. Un chorro de baba transparente le cae por la comisura del labio.

- ¡Shhh!, ¡que vás a despertar a tu madre! -lo reprende el pelado llevándose un dedo índice a los labios, como una foto de silencio-hospital.

Sigilosamente se dirigen hacia la puerta de calle, detrás de la cual aguarda una agobiante siesta de verano rosarino. Abren, salen y cierran con cuidado y recién se despreocupan del ruido cuando sus zapatos desprenden nubecitas de polvo en la calle vacía y sin pavimento de su patético barrio.

En silencio van; el bobo delante, tironeando, y el pelado, a la rastra, detrás. La mirada alta y desorbitada del bobo le confiere a la escena un cierto toque místico; como de integrantes perdidos de una extraña procesión.

Así hacen tres cuadras por la misma calle, doblan dos a la derecha, vuelven a doblar una a la izquierda, pasan un baldío y finalmente llegan a una casa con un patio pequeño y descuidado por delante. Son dos espacios de tierra ocupados por matorrales y separados, al medio, por un sendero de baldosas resquebrajadas, entre cuyos intersticios asoman pujantes matas de yuyos. Al fondo está la puerta de ingreso a la casa. Es amarillenta y despintada y está enmarcada en un tramado de maderas por donde crece, anárquica una madreselva. Una casa como tantas otras en aquel barrio de yugadores.

"Damas Mendocinas 1789", lee el hombre en el pilar de la luz, mientras golpea las manos. El bobo sonríe. Repite el palmoteo e instantes después se entorna la puerta y aparece la figura exagerada y envejecida de Ana Santana. Tiene cara de dormida. Encandilada, se cubre con las manos los ojos de la luz.

Mientras Ana y el pelado se saludan, el bobo, de solo verla, grita y se retuerce de alegría. Afirmado a la portezuela desvencijada del patio y con el rostro congestionado por el esfuerzo aúlla palabras sueltas, apenas entendibles y aparentemente incoherentes.

- Teeetaaaa, chooocha, chochiiiita, uliááá, uliááá...

El padre sonríe y lo mira con orgullo. Por lo menos no le salió puto. Lo besa y Oscarcito (que así se llama el opa) le devuelve el beso dejándole una mejilla brillante de baba.

Luego el hombre se va, el bobo entra y la puerta se cierra. El calor retuerce el aire sobre la escena vacía. Corre el día 13 de Diciembre de 1987. Un año y dos días después, todos los pavotes, festejaremos año tras año el aniversario de la ascensión de "Santa Ana Santana", la novia eterna de los los desangelados. Y mi novia y la suya también, ¿O es que no tenemos todos algo de gilipollas?



0 Comments:

Post a Comment

<< Home

Licencia de Creative Commons
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.