Escribiendo una novela on-line

Bienvenidos a la cocina de una novela. Dia a dia, encontraran publicado el refinamiento del material original de mi novela "Santana". Que lo disfruten.

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Location: Las Palmas de Gran Canaria, Las Palmas, Spain

Supongo que me parezco a lo que imaginan de mi mis lectores.

Wednesday, June 01, 2005

Capitulo XLIII



Al día siguiente, el sol entraba por la ventana de la habitación del Dos y tal vez fueron sus rayos los responsables de que se despertara embotado, pero optimista.

Ya es hora de que lo llame a Manuel. Debe estar preocupado. Le voy a decir que la rehabilitacion la voy a hacer en Europa o en Norteamérica. Allá arreglan cualquier cosa”, pensó iluso, mientras tocaba el timbre para llamar a la enfermera.

- Señorita necesito hablar por teléfono... -le dijo apenas llegó.

- Ahí tiene señor. Tiene línea directa -dijo la enfermera señalando la mesa de luz y más precisamente, el teléfono gris perla.

El Dos, que no podía moverse le pidió de mal humor:

- Dísqueme, por favor. No ve que no puedo moverme...

- Oh, disculpe. Lo olvidé -sonrió la enfermera caminando hacia el teléfono.

El Dos le dijo el número y la chica discó. Un teléfono sonó, inútilmente, en Barrio Martin. Nadie atendió.

- A ver, pruebe con este -dijo el Dos y le recitó los números de sus administradores.

Instantes después, la enfermera decía con voz impersonal.

- Un momento que le van a hablar...

El Dos tomó el teléfono, pero la mina del otro lado no le entendía y se la pasaba preguntando “¿quién habla?”. Pocas cosas sublevan más que no ser entendido. El Dos tiró fastidiado el teléfono al piso. La enfermera se apresuró a levantar el tubo.

- Un momentito... -contestó en el teléfono y volviéndose al Dos-... ¿con quién quiere hablar?

- Dígale que le comunique con cualquiera de los titulares.

La tipa repitió la frase y se volvió al Dos.

- ¿Qué le digo?

- Digale que quiero saber como está todo.

Luego de un instante de espera, la enfermera transmitió el mensaje y del otro lado comenzó la contestación. El Dos se dedicó entonces a desentrañar, inquieto, el significado de las caras que la enfermera puso durante los diez minutos que tardaron en contestarle. Cuando finalmente colgó le preguntó ansioso.

- ¿Y? ¿qué le dijo?

Desesperado, intuyó la respuesta cuando vió que la mina preparaba una inyección.

- Bueno, -dijo chupando con la jeringa el contenido de una ampolla- me dijo que su socio fue con un poder y... -lavando la aguja con un algodón- retiró todos sus bienes para pagar por adelantado sus gastos de internación, -haciendo asomar una gota por la punta- también me dijo que su socio no está, -clavando la aguja en el brazo- que cree que está en Miami y que supone que no vuelve más... me dijo también que sacó un crédito de un palo verde y que -desclavando la jeringa- puso todo como garantia... dice que La máquina de parir fue clausurada por la liga de la decencia y que el que más se clavo fue el banco... -frotando un algodon en el pinchazo-... y dice que lo lamenta... -y mirándolo a los ojos- ah, y que le manda saludos y le desea una pronta recuperación.

El Dos que venía repitiendo “no puede ser” con un hilo de voz, envenenado de odio y de impotencia, terminó gritando gangosa y desesperadamente:

- ¡Hiiijo de puuutaaa!...

Y mientras bramaba su terrible “hijo de puta” se le apareció la última imagen de Ana. Aquella del retrovisor; llorando de rodillas en el parque, abrazada a sus mamadores.

Luego todo desapareció; la enfermera primero y el mundo después.

3 Comments:

Blogger Roberto Iza Valdés said...

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11:47 AM  
Blogger Roberto Iza Valdés said...

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5:53 AM  
Blogger Roberto Iza Valdés said...

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10:48 AM  

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