Escribiendo una novela on-line

Bienvenidos a la cocina de una novela. Dia a dia, encontraran publicado el refinamiento del material original de mi novela "Santana". Que lo disfruten.

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Location: Las Palmas de Gran Canaria, Las Palmas, Spain

Supongo que me parezco a lo que imaginan de mi mis lectores.

Thursday, April 28, 2005

Capitulo XXV



Cosa curiosa. Cuando el Dos llegó a la casa de Manuel, Manuel no estaba. Pero si estaba María, que recién terminaba de bañarse y se asomó a la puerta envuelta en una toalla. Cuando lo reconoció, sonrió y le abrió la puerta. El Dos entró y sintió el contemplarla envuelta en la toalla, que una sensación de calentura lo atacaba.

- Hola, pasá. Tu amigo no está. Pero esperalo que no debe tardar.

- Hola... si... lo espero... -contestó viéndola volver al baño.

Como todo pibe de barrio, el Dos tenía ciertos parámetros relativos a la amistad, pero también, como todo pibe de barrio jamás rechazaba invitaciones a coger. Mentalmente el Dos se propuso no tomar ninguna iniciativa, en eso quedaba demostrada su fidelidad al amigo, pero guay de que ella insinuara nada; porque se la colocaría sin más trámite.

- Pongo la pava... -avisó el Dos.

María desde el baño le contestó.

- Dale, aprovechá que hay yerba nueva.

- ¡Mierda que hay guita acá!

- ¡Si, pero no la trae tu amigo!

- Bueno che, que querés... ya va a aportar. Esperálo, no seas impaciente.

A María le gustaba el Dos. Pero le gustaba de una manera casi inimputable de infidelidad; le gustaba porque lo encontraba parecido a su marido. Desde el baño, mientras se secaba las tetas hinchadas por el embarazo, frente al espejo, fantaseó con la idea de cogérselo.

En su película, la puerta se abrió y apareció el Dos con el mate extendido y una mirada lasciva y desorbitada.


11111


- Hay, me agarraste desnuda... -Dijo María pero sin ademán de agarrar la toalla.

El Dos la contempló; tenía la panza prominente y movediza, por ese lado andaba floja, pero las tetas estaban redondas e hinchadas, bien paradas. La pija le apretó tanto la bragueta que el cierre se abrió solo, como no usaba calzoncillos, la cabeza colorada del choto quedó balconeando afuera del pantalón.

- Nena, que lindas tenés las tetas... -elogió con una voz cavernosa.

- Huy, que és eso... ¡tenés la pija afuera!... -exclamó María mirándole la bragueta.

- Salió a saludarte.

María se rió con ganas, pero un dejo de formal fidelidad le hizo exclamar.

- Que estamos haciendo... Manuel...

- Tu marido se coge una gallina, si se le cruza... -interrumpió el Dos, depositando el mate en la pileta y tomándole las tetas.

- Jurame que no se va a enterar -exigió María, furiosa porque sabía que lo que le había dicho era cierto.

- !Te juro que no se va a enterar! -Replicó el Dos.


22222


Y ahí, con final a todo garche terminaba la película. María frente al espejo se recorrió los labios con la lengua.

En la cocina, atento a la pava, el Dos, pensó en la cara de lascivo que ponía Manuel hablando de Ana. “Ese hijo de puta si tiene oportunidad se la recontracoge”, pensó acertadamente. “Y yo haciéndome el bueno...¡Ma’si, si esta me tira media onda yo se la repongo!".

María frente al espejo pensó; “La verdad es que me gustaría que pase algo, pero lo que pase, será porque tiene que pasar. Yo no voy a hacer nada para que ocurra”. Y se miró decir casi sonriendo.

- ¿Y?... ¿no hay ningún mate todavía?

- Ya falta poquito.

- Cuando tengas uno traémelo -propuso María.

Cuando el Dos escuchó esto sintió que la pija le rompía el pantalón. Con los ojos puestos en la pava se hizo la película: en su versión abría la puerta y su mirada desorbitada y lasciva, la encontraba desnuda.


[Como lo imaginado por el Dos coincide en un todo con lo imaginado por María, para abreviar texto sugerimos ir a 11111 y leer hasta 22222. Luego continuar con el párrafo siguiente a éste (no con el que sigue al texto citado porque el relato entraría en loop)]


Incentivado por su propia imaginación, se apresuró. Puso el fuego al máximo. Armo rápidamente el mate e impaciente levantó la pava y le echó un chorro de agua todavía tibia. Con el mate como excusa fue hacia el baño.

Desde el baño, María escuchó los pasos y se quitó la toalla. La puerta del baño se abrió y apareció el Dos con la mano extendida apretando el mate. Una mirada lasciva y desorbitada, le brillaba en los ojos.


[Como la realidad coincidió totalmente con lo imaginado por ambos puede volver a 11111 y leer hasta 22222 . Luego debe retomar con el párrafo que sigue a este]


Ciertamente lo que mas excitaba al Dos no era María en si misma, ni sus ahora apetitosas tetas, sino el entorno. Su mente retorcida se calentaba con lo inmoral de la situación; no solo era una mina casada, sino que estaba embarazada y para colmo de su mejor amigo. Casi al borde de la eyaculación precoz, la agachó contra la pileta y sin decir agua va se la encajó de prepo, quedando los dos de cara al espejo del baño. María se veía y veía detrás el rostro acalorado del Dos resoplando detrás de ella. Ya estaban en la cornisa enloquecida del orgasmo cuando María vió virar el rostro del Dos hacia una expresión desesperada de dolor.

- ¡Hayyyy! -gritó sacándola y acabando afuera.

- ¿Qué? -preguntó María, también desesperada porque se la sacaba justo cuando le estaba tocando a ella.

Millones de espermatozoides cayeron gritando de horror al piso frío y sucio del baño.

- Tu hijo, debe haber sido tu hijo...¡me retorció la poronga! -respondió sacudiendo el miembro frenéticamente.

En ese momento sintieron una llave introduciéndose en la cerradura de la puerta de calle.

- ¡Mi marido! -exclamó María parafraseando a todas las turras pescadas in fraganti en la historia de la humanidad.

El Dos guardó al instante la retorcida poronga, tomó el mate y cerrando la puerta del baño, rajó para la cocina. María abrió la ducha para disimular. En el hall de entrada retumbaban ya los pasos de Manuel.

- Dale che, no te voy a esperar toda la tarde -gritó el traicionero, desde la cocina, cebando otro mate.

Manuel apareció en la cocina.

- ¿Que haces acá? -preguntó con una expresión entre cordial y sorprendida.

- ¿Que voy a estar haciendo?... ¡vine a colocársela a tu mujer! -le contestó extendiéndole una infusión.

Manuel soltó una carcajada y agarró el mate.

- ¿Y la yegua traidora ésa? -preguntó.

- Se está bañando... -contestó el Dos y en tono misterioso dijo-...ché, ¿a que no sabés porqué vine?

- No, ¿que?, de visita -preguntó Manuel con la bombilla en la boca.

El Dos lo miró con una mirada iluminada. Y pronunció las siguientes tres frases con creciente sonoridad:

- Vine porque tengo el curro del siglo... tengo la idea que nos va a sacar de perdedores... ¡la salvación final! -terminó gritando.

- ¡Hola, mi amor! -interrumpió María, apareciendo ya vestida y con su valija de libros, en la cocina.

- Shhhhh... -Le dijo Manuel, levantando la mano y sin volverse para verla.

- Si no me van a dar pelota, me voy... -amenazó María.

- Shhhhh... -reiteró Manuel molesto.

- Chau, vuelvo tarde, cielo... -saludó y aprovechando que su marido no miraba le guiñó un ojo al Dos.

- ¡Trae plata, che! -reaccionó Manuel cuando ya sonaba la puerta de calle. Y volviéndose al Dos lo urgió: Dale, che... ¿de que se trata?...¿a quién hay que matar?

El Dos se puso de pié, se le acercó, le puso una mano en el hombro, lo miró fijamente a los ojos y le dijo:

- Una maquina de parir, hermano... ¡vamos a fabricar una máquina de parir!

- ¿Lo qué? -preguntó Manuel.

4 Comments:

Blogger Roberto Iza Valdés said...

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11:33 AM  
Blogger Roberto Iza Valdés said...

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6:50 PM  
Anonymous Anonymous said...

JAJA ES TREMENDO BOLUDO!!!!!!!!

12:05 PM  
Blogger Unknown said...

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6:41 PM  

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