Escribiendo una novela on-line

Bienvenidos a la cocina de una novela. Dia a dia, encontraran publicado el refinamiento del material original de mi novela "Santana". Que lo disfruten.

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Location: Las Palmas de Gran Canaria, Las Palmas, Spain

Supongo que me parezco a lo que imaginan de mi mis lectores.

Sunday, May 01, 2005

Capitulo XXVII

El Dos sonrió con suficiencia.

- Si hermano, lo que oís; ¡una máquina de parir! -y ordenó- ¡papel y lápiz!

Manuel sin abandonar su expresión estupefacta, miró arriba del aparador y sobre el polvillo encontró una virome y una boleta impaga de la DPE (Dirección Provincial de la Energía) con tres meses de atraso. Se las alcanzó.

Luego mientras el Dos dibujaba, puso la pava al fuego y cambió la yerba del mate, repartiendo su atención entre la pava y los esquemas.

Pronto el agua estuvo caliente. Manuel apagó el fuego y con la pava en la mano se sentó enfrente del Dos. Miró el papel; el Dos había dibujado una mujer, panzona y acostada boca arriba en posición ginecológica. Sobre el vientre había marcado un círculo. Pedagógico el Dos comenzó la explicación:

- Atendé... hacemos hacer una hembra de unos ocho metros de altura, en fibra de vidrio... así como esta... acostada y con las piernas abiertas y flexionadas. Acá adentro -dijo señalando el vientre del mamotreto- colocamos un estanquecito de unos tres metros de diámetro por uno y medio de hondo... este estanque lo llenamos con agua tibia coloreada de rojo, que se mantiene caliente con una estufa de inmersión y un termostato que controla y enciende cuando el agua baja de los 37 grados... al estanque se accede por acá -dijo señalando el ombligo.

- ¿Por el ombligo?

- Si. El ombligo tiene que tener un metro y medio de diámetro y desembocar sobre el estanque... que dicho sea de paso, tiene ruedas y esta montado sobre una rampa con una ligera inclinación hacia la concha y sujeto por una soga, que lo sostiene para que no se deslice. Después de un rato... quince minutos más o menos, se le suelta la soga y se lo desliza hasta acá -dijo señalando el borde interior del sexo de la plástica parturienta-... cuando llega, se acciona por contacto un vibrador que agita el estanque, simulando contracciones, y finalmente baja un gancho colgado de una roldana y lo engancha al punto de una argolla que tiene en los pies... lo saca tirándolo de las patas y... listo.

Concluyó sonriente, pegándole una chupada al mate.

- Bárbaro, che... esta muy bueno, pero decime... ¿para que carajo sirve?

Preguntó Manuel rascándose la cabeza. El Dos lo miró con una expresión burlona de fastidio. Manuel agregó:

- Que ponés esa cara, ché forro... es demasiado grande para que te entre en el culo...

El Dos reaccionó con fingida cólera.

- ¡Boludo, otario, forro y pelotudo a la vez!... la llevamos al parque Independencia, cobramos una lucrecia per cápita (el equivalente a u$s 5,00 en moneda de la época) y nos llenamos de guita.

Manuel pareció reaccionar.

- Claro... el parque... tenés razón... ¡los pendejos!...

El Dos negó con suficiencia y estiró la mano para tomar el mate que le ofrecía Manuel.

- No, querido, los pendejos se aburrirían acá... esto es para torturados mentales, los pendejos no tienen problemas todavía, pero los papis seguro que si. Mientras los nenes están en el gusano loco, nosotros nos llenaremos de guita con los padres.

- Ma’si, ¡que mierda importa!, padres, hijos... La cuestión es que aporten.

Dijo Manuel restregándose las manos.

- Tenemos que empezar enseguida. La carcaza de fibra de vidrio, hay que encargarla lo antes posible porque va a llevar mucho tiempo, lo demás se puede comprar sin problema... el gancho, el riel para colgar la roldana, la roldana, el estanque... el estanque a lo mejor lo conseguimos usado... tenemos que comprar también la estufa de inmersión y el termostato, una lámpara sumergible... ah y tenemos que conseguir un grabador y un parlante sumergible.

- ¿Un grabador y un parlante? ¿Para qué?

- Para que los clientes escuchen en el agua el mismo sonido que escucha un feto en la panza de la madre.

- ¿Y de donde mierda sacamos el sonido?

- De tu mujer, boludo... yo tengo un amigo que es ingeniero electrónico y le voy a pedir que me haga la gauchada de meterle un micrófono en la concha... esperemos que no ande con gases...

- ¡Guacho, te lo tenés todo pensado! -Exclamó Manuel con admiración.

- Y que te cerepa, ganso.

- ¿Y como se van a meter en el estanque sin ahogarse, o tan siquiera mojarse?

- Vamos a hacer hacer unas bolsas de plástico grueso, bien grandes, con cierre hermético y una manguera larga que sale. Entonces al tipo lo metés en el agua, pero la manguera se la dejas colgando afuera.

- Así que el tipo llega, le metemos la bolsa y lo mandamos al estanque...

- No -interrumpió el Dos- los vestimos con la bolsa sin cerrar, los hacemos pasar a un cuarto oscuro, los sentamos bien cómodos en una silla de ruedas y los tenemos unos diez minutos haciéndolos relajar con música bien suave... después les cerramos la bolsa, los llevamos hasta el gancho y los metemos por el ombligo... los sumergimos, los dejamos unos quince minutos y después los sacamos con el gancho... y a la conchisumadre . ¿Qué tal?

- ¡Genial, maestro!... ¡soberbio!... ¡magistral!... -exclamó eufórico Manuel- ¡permítame un abrazo, profesor!... -propuso poniéndose de pie.

El Dos se paró sonriente y se abrazaron felices.

- Esto hay que festejarlo, esta noche vamos con las yeguas a comer una zzapi... paga la boluda de mi mujer...-generoso Manuel- tenemos que entusiasmarlas para que larguen el vento... -Dijo ante el asentimiento del Dos.

Esa noche, los cuatro fueron a devorar una calabresa a una pizzería mugrienta de la calle Rioja, en el centro. Festejaron con entusiasmo y se tomaron una jarra de tinto de la casa que, de pedo, alcanzaron a pagar los anfitriones. Entusiasmados y entonados, planificaron las tareas del día siguiente; Manuel y el Dos, cometerían la locura de levantarse a las ocho de la mañana, para empezar a contactarse con los constructores.

A la salida de la pizzería, María y Manuel rajaron para su tenebrosa casa. Y Ana y el Dos para la suya; la cueva de vampiros de la calle San Lorenzo.

Como no tenía sueño, Ana procuró por todos los medios mantenerlo despierto. Pero el inventor, rebosante de pizza, obnubilado de alcohol y destruido por el febril polvo que Ana le extrajo, se quedó dormido, antes incluso de expulsar los últimos setecientos cincuenta y tres espermas que quedaron como una gota indecisa en la cabeza de su choto.

Luego del polvo, Ana, fumaba y contemplaba filosóficamente la pared cuando sintió golpes en la ventana. Fue abrir y se encontró a su abuela.

- Mi amor, te escuché y me vine volando a verte, porque tengo grandes noticias... -exclamó eufórica la vieja.

- ¿No me va a decir que quedó preñada abuela, no? -la cargó Ana.

- No, no son sobre mi... ¡son sobre vos!

- ¿Qué? -preguntó Ana ávidamente.

- Mirá, bién no sé -aclaró la espectral vieja-, pero acá se habla mucho de vos... se corre la bolilla que sos la elegida para algo muy importante... ¡muy importante! -recalcó- ...todos hablan de vos, pero como saben que soy tu abuela cuando me acerco se callan...

- ¿Elegida por quién? ¿para qué? -la interrumpió Ana.

- Para qué no lo sabemos todavía. Pero, lo que si sé, es que ese muchacho -dijo señalando al Dos- es el que te va a ayudar...

- El Dos... ¿a qué?...y, ¿quién me eligió? -preguntó Ana con ansiedad y sin esperar respuesta exclamó- ¡no entiendo nada!

- No lo puedo nombrar... -dudó la vieja y agregó- ¡Ya sé! ¡miráme entre las piernas!

Luego se tomó las piernas por los muslos y giró sobre si misma, en una vuelta carnero. Muy lentamente y abriendo las piernas, giró, como en cámara lenta. Entonces, entre las piernas de la vieja, con el movimiento, Ana alcanzó a ver un rostro bien definido, de dulce expresión y con un ojo azul y otro rojo.

- ¿Lo viste?

- Si, ¿esa es la cara de...?

La vieja asintió nerviosamente. Parecía intranquila, como apurada.

- Si, él... pero no sabemos, ni para que, ni cuando. Si me entero de algo más te vengo a avisar... -la vieja miro para atrás y se despidió- bueno, me voy... ¡ah, me olvidaba! -Recordó.

- ¿Que, abuelita?

- ¡Tengo un pretendiente, nena!

- No me diga...

- Si, -asintió la vieja con una expresión pícara- es de buen mozo, vos vieras... me dijo que era italiano y que hacía estatuas... como las de las plazas...es simpático, ¡pero es un loco! -exclamó agitando la mano.

- ¿Y como se llama?

- Michelángelo Bunaroti o Buonarrotti... algo así...

- Me suena... ¿laburaba en Rosario?

- Puede ser... no me contó donde trabajaba, pero no importa... acá en el paraíso todos creen que uno es lo que uno quiere ser... yo por ejemplo dije que fuí actriz de cine y todos me admiran... lo único que no podés hacer es cambiarte el nombre. Bueno, ¡ahora si que me voy!, si me ven hablando con vos capaz que me hacen nacer de nuevo...

- Eh, tan rápido abuela... ¡quédese un poco mas! -se quejó Ana.

- No, no hay caso. Me voy, nena... chau... chau... -dijo desvaneciéndose en la niebla.

Ana la saludó con un gesto de resignada melancolía y se quedó todavía un rato asomada a la ventana. Miró el reloj inútilmente; seguía siendo la misma hora de la entrada. Luego volvió a la cama y se acostó al lado de su amado.

El Dos entretanto soñaba con su brillante porvenir:

Entre brumas se subía lentamente a una impresionante cupé roja. Arrancaba como en cámara lenta y de golpe aparecía al borde del camino una impresionante rubia platino, vestida con una imposible minifalda roja como el auto.

El paraba, abría lentamente la puerta del auto y cuando ella subía (con esa mágica alquimia de los sueños) ya estaba totalmente desnuda. El Dos, caliente y maravillado extendía una mano y le apretaba una de sus hermosas y redondas tetas blancas. La rubia sonreía.

En ese preciso momento Ana sintió una mano en su teta derecha. Se volvió y vio que era la mano del Dos que dormido la franeleaba.

- Me quiere... hasta dormido me acaricia... -se dijo crédula y emocionada.


2 Comments:

Blogger Roberto Iza Valdés said...

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11:40 AM  
Blogger Roberto Iza Valdés said...

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1:15 PM  

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